Una de sus más importantes características es su portabilidad, ya que así podemos llevarnos con nosotros esa abstracción de la realidad que es el mapa.
- El primero sería como pasar algo tridimensional al papel, que es bidimensional, sin perder información en el camino.
- El segundo problema era cómo trasladar la información del planeta de forma semiesférica a un mapa sin distorsiones. Para esto hay diferentes proyecciones, que dependiendo de la finalidad utilizaremos unas u otras.
Para ambos casos se codificará la información basándose básicamente en polígonos, líneas y puntos. Todos estos símbolos tienen que ser homogéneos para todo el mundo.
Otro elemento básico de un mapa es la escala que es la proporción existente entre la dimensión real del territorio representado y la dimensión que le corresponde en el mapa. Hay dos tipos de escalas, una gráfica (que nos permite transformar una imagen teniendo en todo momento una buena referencia, como ejemplo en arqueología a este elemento se le llama jalón pero no se encuentra sólo en arqueología) y otra numérica (1:50.000).
En un mapa nada es casual, todo posee una intención determinada anteriormente. Entre sí los distintos mapas están conectados con los de su alrededor, informándonos de estos.
Como conclusión diremos que un mapa es una representación geométrica plana, simplificada y convencional, de toda o parte de la superficie terrestre con una relación de similitud proporcionada (Fernand Joly, La Cartografía. Editorial Ariel Geografía, 1982).