Los orígenes de la fotografía aérea se remontan a la Primera Guerra Mundial cuando las potencias que participaron en este conflicto observaron la importancia que tenía conocer el terreno del enemigo. Como podemos ver, estas nuevas fotografías que se toman desde el aire no son simples herramientas, sino medios para lograr un fin. Lógicamente, las fotografías aéreas no sólo se utilizan en el ámbito geográfico, sino también en otras muchas disciplinas, como es el caso de la arqueología.
Existen dos tipos de fotografía aérea: la oblicua y la vertical. La primera es más difícil de transformar en mapas, debido al modo en que distorsiona la perspectiva, son más adecuadas para crear vistas panorámicas y perspectivas. Por su lado, las fotografías áereas verticales pueden ser situadas en un mapa o en un plano con bastante exactitud, utilizando programas informáticos relativamente sencillos, que proporcionan al menos cuatro puntos de una imagen dada con una posición en el espacio conocida (ver imagen).
En cuanto a la fotointerpretación se refiere, podemos considerarla como una disciplina cuyo objetivo principal es extraer la información contenida en una fotografía aérea. Para el estudio de fotointerpretación se utilizan pares de fotografías aéreas tomadas por un avión que realiza barridos o pasadas de áreas geográficas a determinadas escalas (normalmente 1:33.000 y 1:18.000). Las fotografías se solapan en parte (una misma zona queda registrada en dos fotos consecutivas, por tanto con dos ángulos de visión distintos) y al ser observadas en un estereoscopo producen una visión tridimensional. El estereoscopo suele permitir estudiar las fotografías aéreas con diferentes aumentos, por ejemplo 1:10000 o 1: 5000.
Aquí os paso enlaces en los que podéis obtener más información acerca de la fotointerpretación, así como su utilización en las distintas disciplinas.
- Enlace 1
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