lunes, 7 de mayo de 2007

CORTES TOPOGRÁFICOS


El corte topográfico consiste en una representación a escala de las altitudes, siguiendo una línea concreta de un mapa. El perfil nos muestra en un gráfico bidimensional cuál es la forma del relieve siguiendo una dirección determinada. La palabra corte nos indica que vemos la morfología que se obtendría si, hipotéticamente, pudiésemos cortar verticalmente la superficie del terreno con un cuchillo.
Para realizar un corte topográfico se procede de acuerdo con los siguientes puntos:

1- Marcar sobre el mapa los dos puntos (A y B) que señalan los extremos del corte y trazar la línea que los une

2- Colocar una hoja de papel milimetrado con el borde sobre la traza del corte. Marcar sobre el papel la posición de los puntos A y B, a continuación, se marca la intersección de las curvas con el borde del papel. Además de las marcas de intersección es conveniente anotar el valor de altitud de las curvas
3- Perpendicularmente al extremo A del corte se dibuja una escala gráfica, denominada vertical por que nos servirá para representar las altitudes. Esta escala vertical no debe ser igual a la horizontal, de hecho suele estar realzadal. A continuación se sigue la línea vertical sobre la que cae cada una de las marcas de las curvas de nivel, hasta que coincida con la línea horizontal a la que corresponde su altitud, y en la intersección de ambas se marca un punto. La escala horizontal debe comprender los puntos de máxima y mínima altitud a lo largo del corte, para lo cual, antes de construirla hay que mirar las curvas que cortan por la dirección del corte.

4 - Enlazar todos los puntos anteriores con una línea continua de curvatura suave. Este corte topográfico está a escala tanto para las distancias horizontales como para las verticales.
Existen aplicaciones automáticas que resuelven estos trabajos con aplicaciones de Sistemas de Información Geográfica.

P.D. estos graficos los he sacado de un libro antiguo "Topografía Militar Elemental" obra aprobada por el E. M. C. del ejercito, para uso de las Academias Rigimentales, año 1977

TEORÍA DE LA IMAGEN CARTOGRÁFICA. LAS VARIABLES VISUALES Y SUS PROPIEDADES

* Introducción:
La expresión cartográfica resulta de la producción sucesiva o simultánea de imágenes significativas. El lector percibe cada una de estas imágenes en un instante, y las agrupa cerebralmente en un conjunto coordinado, lo que le permite comprender el mensaje enunciado.

Conocer las propiedades de este lenguaje cartográfico es el objeto de la "semiología" --> Estudio de los signos en la vida social.
Se examinarán aquí las cualidades intrínsecas de la imagen cartográfica y los medios para su transmisión.

1. Estructura y propiedades de la imagen cartográfica.
En el caso de la cartografía, la imagen se crea y se lee en dos componentes:
  • Un componente geográfico: con grafismos basados en la posición del mapa con un por qué, necesitándose para ello un inventario que debe ser exhautivo en cada lugar.
  • Un componente cualitativo: con grafismos que tienen una cualidad a representar, lo más importante y que además traduzca la misma de manera clara y concisa. Ejemplo: empleo de varios colores.

2. Las variables visuales y su utilización en cartografía.

El cartógrafo para expresar las características de un lugar sobre un plano ordenado, lo que vendría siendo la tercera dimensión, o las de un objeto o un hecho situados en él, dispone de seis variables visuales o variables retinianas, mediante las cuales modula la percepción del simbolo figurativo.

- Estas seis variables retinianas son:

  1. La forma: la variación de forma permite una cualificación precisa de los objetos y, por consiguiente, establecer relaciones de similtud entre ellos; subraya las semejanzas y facilita la identificación de los caracteres locales. Sin embargo, a veces la percepción visual no es inmediata sobre el mapa de las diferencias de forma y sus agrupaciones.
  2. El tamaño: la variación de tamaño es una variable fuerte, muy perceptible, que permite una buena selección de los caracteres de los objetos; es el único modo de expresión posible en el caso de una comparación entre cantidades proporcionales.
  3. La orientación: la orientación del símbolo no tiene ningún efecto especial de clasficación o de ponderación, pero constituye una buena variable selectiva, que puede utilizarse como sustitutivo del color, sobre todo en la implantación zonal. En la puntual, permite asociar fácilmente en subgrupos signos por otra parte completamente similares.
  4. El color: variable fuerte, inmediata e intensamente perceptible además de selectiva, también es muy adecuada para subrayar semejanzas y facilitar las subagrupaciones.
  5. El tono: variable que representa la intensidad de la sensación de color, y depende de la proporción relativa que exista entre el color y el blanco, o el negro.
  6. El grano: determina el número de símbolos elementales por unidad de superficie; es decir, se llama grano a las variaciones de la percepción visual, debidas a los cambios de estructura o de "punteado" dependiendo del número de símbolos elementales que componen la representación.

2.1 Combinaciones de variables visuales:

Ahora se indicarán las relaciones lógicas que pueden representarse en cada caso, en función de las componentes del problema a tratar con las variables retinianas recién vistas. Según esto, la percepción puede ser:

  • asociativa: capaz de poner en evidencia los parecidos o semejanzas que existan entre los objetos cartográficos, de modo que se les pueda reagrupar fácilmente en un mismo conjunto.
  • selectiva: capaz de poner en evidencia las diferencias existentes entre los objetos, de modo que se puedan aislar del resto los que pertenezcan a una misma categoría.
  • ordenada: si permite clasificar los objetos en el sentido de una variación progresiva.
  • cuantitativa: si es apta para establecer una relación numérica, o una ponderación, entre las categorías de una misma componente.

El empleo de combinaciones de variables es un problema cartográfico muy difícil de resolver, ya que, según los casos, las propiedades de cada una se atenúan o refuerzan en la combinación.


3. El simbolismo cartográfico.

Se llama símbolo a la "representación gráfica de un objeto o de un hecho en forma evocadora, simplificada o esquematizada, sin implatación rigurosa". El símbolo traduce visualmente el fenómeno representado, y puede ser más o menos figurativo o abstracto; el mejor será aquél que se reconozca fácilmente, sin necesidad de rotulación.

Pueden distinguirse en ellos varias categorías :

  • un signo convencional es un esquema que facilita la identificación de un objeto cuya superficie, a escala, sería demasiado pequeña para poder ser reconocido.
  • un signo simbólico es un símbolo evocador localizado, o cuya posición puede ser sencillamente definida.
  • un pictograma es un símbolo fácilmente comprensible, que evoca un hecho o un objeto.
  • un ideograma es un símbolo representativo de una idea.
  • un estarcido, o trama, es una estructura constituída por repetición de un elemento gráfico, de un símbolo o de un conjunto de símbolos, sobre una superficie delimitada.
  • un símbolo proporcional es un símbolo cuantitativo, cuya dimensión varía con la importancia del fenómeno representado.


El arte del cartógrafo consiste en elegir en cada caso el símbolo más apropiado y eficaz; en esta elección, no debe perder jamás de vista que el fin pretendido es transmitir al lector el pensamiento del autor, facilitándole la identificación de los fenómenos mediante una percepción simple, directa y sugestiva de los símbolos empleados.

domingo, 6 de mayo de 2007

EL TRABAJO DE RELATOR/A NO ACABA HASTA QUE SE RESUELVEN LAS CORRECCIONES PROPUESTAS

Cuando desarrollas tareas de relator/a tu trabajo no acaba hasta que has corregido el post, hasta que no has hecho una segunda versión mejorada, siguiendo las indicaciones del profesor. ¡ No tienes que hacer un nuevo post, sino modificarlo y adaptarlo usando la herramienta de edición.

Además tienes que mantenerlo "vivo", dando respuestas a todas aquellas personas que hacen comentarios. La fórmula será incorporar tantas respuestas como comentarios recibas. Siempre podrás y deberás mejorar e ilustrar tu post. Es tu criatura y tienes que criarla hasta que finalice el curso.

A los efectos de evaluación es imprescindible rehacerlo siguiendo las indicaciones del profesor, así como contestar a los comentarios que recibiste, que recibes y que recibirás. Un post que no resuelva los cambios propuestos por el profesor no se considerará suficiente para la evaluación. El trabajo de postear no termina al colgar tu entrada. El trabajo empieza con la primera publicación de tu post. Es tu producto, tu presencia permanente en el blog. Si puedes debes mejorar constantemente tu trabajo. Responde, corrige, arregla, o no superará los mínimos exigidos.

Estos post son univesitarios y tienen que alcanzar un nivel suficiente en expresión, claridad de contenidos, capacidad de síntesis, incorporación de ejemplos,..., que le hagán merecedor de su categoría. Menos no sirve, no nos sirve. No se trata de un trámite sino de un trabajo riguroso. Se trata de un producto que lleva tu firma, que está abierto a la vista de todo los internautas del mundo y que exige una cuidada realización y mantenimiento.

¡Si todavía no lo has hecho, ponte manos a la obra! La mayor parte de ellos siguen esperando los cambios. Yo sigo repasándolos.

MAPA DE LA RED VIARIA, LÍMITES ADMINISTRATIVOS Y POBLAMIENTO. MAPA DE LA RED HIDROGRÁFICA



Lo esencial en un mapa topográfico es que, al primer golpe de vista, el observador sea capaz de visualizar una serie de información para conocer las características de la zona. Esta información de tipo visual será más completa cuanta mayor sea la costumbre en analizar mapas topográficos, pues lo que en apariencia es un conjunto desordenado de símbolos convencionales, encaja en el esquema conceptual que el observador construye, consiguiendo una representación mental de la zona.

El color es la variable más importante. Suele utilizarse por convención: el negro para caminos, ferrocarriles y límites administrativos; el azul para elementos hidrográficos; el verde para llanuras; el marrón para el relieve, el rojo para núcleos de poblamiento (también para la red viaria en combinación con el negro).

Los límites administrativos –de color negro- señalan el territorio controlado por la administración municipal de un pueblo o ciudad, y generalmente suelen coincidir con accidentes geográficos (cursos de agua, curvas de nivel o vértices geodésicos). Esta división administrativa trata de ser lo más homogénea posible para que los diferentes pueblos dispongan de un territorio controlado por su corporación local a efectos administrativos e impositivos, cobrando una importancia enorme en el caso de polígonos industriales o de zonas urbanizables (por el valor del terreno y los ingresos derivados para las arcas municipales).

Los núcleos de poblamiento se señalan con color rojo, y arrojan una información vital para conocer sus etapas de crecimiento en el decurso del tiempo. Atendiendo a la forma del plano, corresponde al análisis morfológico identificar las tramas y reconocer las líneas de fijación y los ejes de expansión del crecimiento urbano para llegar a una descripción tipológica. Proponemos una división cuatripartita:

1) Plano desordenado o irregular: corresponde a muchas ciudades españolas de origen medieval, con calles estrechas y laberínticas y pequeñas plazas. Este entramado urbano –con matices- es el característico hasta el s. XVIII, pues la salvedad son las plazas creadas en las ciudades hispanas importantes, pensadas para visibilizar las ceremonias públicas.

2) Plano ortogonal o en cuadrícula: corresponde a la ciudad de origen romano (derivada del trazado del cardo y decumanus), que posteriormente se ha ido reproduciendo en otras épocas. La característica es que las calles se cortan en ángulo recto. Así, una zona que presente un plano ortogonal puede tratarse de un pueblo creado en virtud de un proceso colonizador: durante el reinado de Carlos V se crearon diversos pueblos -por ejemplo Valdepeñas de Jaén-, o sobre todo durante el gobierno de Carlos III, con el plan de las Nuevas Poblaciones (La Carolina en Jaén, La Carlota en Córdoba y La Luisiana en Sevilla); también, una barriada con retícula ortogonal puede responder a los ensanches ejecutados en la segunda mitad del s. XIX en las ciudades, y este trazado en damero será el habitual de los barrios levantados en el s. XX.

3) Plano radiocéntrico: fundamentalmente corresponde a la ciudad mercado, centrada alrededor de una plaza, cruce de caminos y protegida por murallas circulares. Sus calles son radiales y concéntricas, y las primeras convergen en la plaza central.

4) Plano regular alargado-regular: corresponde a ciudades establecidas a lo largo de una línea de comunicaciones o de un curso fluvial.

Desde la antigüedad, los núcleos de población suelen estar situados en las proximidades de cursos de agua –en sus meandros- para el abastecimiento, pero también los asentamientos podían estar situados en altura –en cerros- para facilitar su defensa en caso de ataque. Las curvas de nivel y la red hídrica del mapa topográfico nos informarán a este respecto a la hora de sacar conclusiones.

En lo concerniente al mapa de la red hidrográfica, es importante recordar que el color azul es el que determina los elementos hídricos: pantanos y embalses, ríos, arroyos, etc. Un curso de agua será mayor cuanto más grueso sea el trazo azul en el mapa (esto se visibiliza enseguida).

Aunque no estén marcadas en color azul, es fundamental deducir dónde están situados los terrenos relacionados con un curso de agua, como sucede con las terrazas fluviales de un río (terreno que en ocasiones está ocupado por construcciones, valga por ejemplo el río Guadalbullón, toda vez que, por motivos especulativos, ha sido abandonada su utilidad originaria de huerta).

Para anticiparse a las zonas por donde discurrirá el agua en caso de precipitaciones no sólo hay que fijarse en los cursos fluviales –coloreados de azul-, sino que hay que leer –es decir, interpretar- el relieve para deducir por dónde discurrirá el agua caída en las precipitaciones, pues por ejemplo así se puede saber qué zonas son las más proclives a sufrir escorrentía en caso de fuertes aguaceros o con motivo del desbordamiento de un curso fluvial. Una correcta lectura de las cotas de nivel y de las laderas puede ayudarnos a conocer el terreno por donde circulará el agua desbordada o resbalada fruto de tormentas, y así evitar que en esas zonas se edifique. En este sentido, hay que tener en cuenta que las grandes escalas en los mapas topográficos posibilitan ver con facilidad los valles (por su fondo circulan las aguas).

Cuanto mayor sea la pendiente más deprisa se escurre el agua caída en las laderas. El carácter torrencial de un curso fluvial depende en primer lugar de la pendiente de su cauce.

Todo esto nos permite explicar la red de drenaje de cada mapa además de, vista la disposición de los afluentes de cada río, definir los rasgos esenciales de las aguas de desagüe, que se corresponde con cuatro tipos: dendrítico, paralelo, drenaje en reja y radial.

En lo concerniente a los mapas que los alumnos debemos realizar: una vez visualizado el relieve, hay que calcar la red fluvial en un papel vegetal, y debemos procurar que el trazo azul sea más grueso o más delgado en función del mayor o menor cauce de ese curso hídrico.

Hay que identificar los sectores de drenaje en función de tres cuadrados de 10x10 cm (es decir, 5x5 km). El objeto es calcular la capacidad drenante de cada sector, y para medir en el mapa –en cada uno de los tres sectores- cuántos centímetros de curso fluvial existen –independientemente de su cauce- utilizaremos una estrategia: colocaremos un hilo de coser encima del curso de agua, mediremos la longitud total del hilo y luego –en función de la escala del mapa, o sea, 1: 50.000-, la pasaremos a kilómetros.

Una vez realizado ese paso previo, para el cálculo de la capacidad de drenaje, en cada sector trabajaremos con tres niveles:

1) Nivel 1 (corresponde al nivel mayor).

2) Nivel 2 (corresponde al nivel mediano o intermedio).

3) Nivel 3 (corresponde al nivel inferior).

Acto seguido, a las cantidades resultantes en cada sector y en cada nivel les aplicamos un índice corrector:

a) La cantidad del nivel 1 la multiplicamos por tres.

b) La cantidad del nivel 2 la multiplicamos por dos.

c) La cantidad del nivel 3 la dejamos igual.

La cantidad de agua que nos salga se sumará y así sabremos la capacidad de drenaje de cada sector.